Osmar Héctor Maderna nació en Pehuajó, el 26 de febrero de 1918 y sus primeros estudios musicales los hizo en su ciudad natal, a través de la profesora Leonilda de Azcona.
A los seis años ya integró la Orquesta Vitaphone; hizo dúo con su padre, un músico orejero y se dedicó a integrar distintos conjuntos que recorrían Pehuajó haciendo bailes, cumpleaños o carnavales.
A los quince años ya era profesor de piano y a los veintiuno, con sus amigos Aquiles Roggero y Arturo Cipolla, los dos músicos, recalan en Buenos Aires donde Osmar actúa como solista en radio Callao y se incorpora a la orquesta de Lolo Fernández, llevado por el cantor Armando Moreno.
Cinco meses duró la relación laboral y es entonces cuando tuvo la suerte de que Miguel Caló lo llevara a su orquesta en reemplazo de Héctor Stamponi. La formación contaba entre otros con Domingo Federico, Enrique Mario Francini, Armando Pontier y Eduardo Rovira, geniales músicos todos, por lo que se llamó a la orquesta de Caló, "Orquesta de las estrellas".
Maderna impuso un nuevo estilo y un toque diferente. El piano, más que de un tanguero, parecía ser de un concertista clásico. Había en los arreglos algo de Liszt, Chopín y Schumann. Cuando en 1945 deja la orquesta para crear la suya propia, quien lo sucedió y por orden de Caló, debió ajustarse a los arreglos que Osmar había dejado.
Con la propia formación debutó en el Marzotto, pasando luego a la confitería Rucca. Al año viaja con su típica al Uruguay y es para el sello Sondor, de Montevideo, donde llega por primera vez al disco con Margo, de Pontier y Homero Expósito, cantado por Orlando Verri. Sus otros vocalistas fueron Pedro Dátila, Mario Corrales, que con Di Sarli pasó a ser Mario Pomar, Adolfo Rivas, Carlos Aguirre, Héctor de Rosas y Carlos Aldao.
El 13 de mayo de ese 1946, en Buenos Aires, registra para la Victor Mientras duerme la ciudad, de Suárez Villanaueva y El vuelo del moscardón, de Rimsky Korsakoff, cuyos arreglos los efectuó a ritmo de tango, de muchísimo éxito para la denominada "nueva guardia tanguera", pero resistido entre los ortodoxos.
En total, Maderna dejó registradas 56 obras, entre ellas Lluvia de estrellas, Concierto en la luna y Escalas en azul, que le pertenecían, entre otras muchas. Pequeña, un vals de su inspiración, cruzó nuestras fronteras y fue grabado por vocalistas de fama mundial, como el mexicano Pedro Vargas. Pero sin dudas que fue Lluvia de estrellas la pieza que le dio categoría internacional, siendo incluso la música de una película de Disney.
Maderna era aficionado a la aviación deportiva y en marzo de 1951 lograba cumplir uno de sus sueños. Le entregaron su brevet de aviador. Pero el 28 de abril de ese año, en Lomas de Zamora, acompañado por Ernesto Rodríguez, su avioneta chocó con otra falleciendo en el acto. Tenía 33 años y en su homenaje, Aquiles Roggero reorganizó su orquesta con el nombre de Orquesta Símbolo de Osmar Maderna. Un homenaje más que merecido.
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