Nació el 31 de octubre de 1926, en Warnes 354, Capital Federal, casa que por penurias económicas su padre perdió en 1932, teniendo la familia que habitar un conventillo en Villarroel y Darwin, Villa Crespo.
Obligado por sus padres, Mario empezó a los 7 años a estudiar violín, pero su primer trabajo serio lo obtuvo al terminar la escuela primaria, acarreando fardos de cuero en una curtimbre de Gurruchaga y Murillo, por treinta pesos por mes.
En una de sus continuas giras por los cafés, conoció a Ciriaco Ortíz que lo recomendó a la orquesta de Nicolás D'Alessandro. Tenía 15 años y su salida de la formación fue abrupta. Actuaban en el Marabú y los músicos le exigieron a D'Alesandro que le pidiera un aumento al dueño del cabaret. Terminaron todos en la calle. Pero en 1943 formó parte de la orquesta Howard-Landi. Actuaron en radio El Mundo y el Marabú.
Posiblemente, Mario, haya sido el violinista que tocó con más orquestas simultánemante y en las tres radios más grandes a la vez: El Mundo, Belgrano y Splendid. Estaba con Argentino Galván, Ebe Budrine, Manuel Buzón, Edgardo Donato, Pedro Laurenz... en fin, pasaba la docena, incluso en las de primer nivel como las de Troilo, Fresedo y D'Arienzo, donde lo citaban como refuerzo cuando tenían que grabar.
Mario le tenía terror a los solos de violín, por eso su ingreso a la orquesta de Varela fue una bendición del cielo. A Héctor no le gustaba el virtuosismo en su orquesta, ni lo exigía; más bien lo suyo era comercial y considerado por los músicos serios como instrumentalmente mediocre. Varela impuso a Abramovich como primer violín, sin solos ni complicaciones y cuando el tango comenzó a declinar en muchas orquestas, Varela estaba en la gloria, asentado en sus vocalistas, Argentino Ledesma y Rodolfo Lesica. Pero en 1956 el maestro comete el error de encabezar un movimiento de directores y despide a todos sus músicos. Esto fue fatal. A Argentino Ledesma lo absorbe Carlos Di Sarli y sin sus cantores, Varela jamás pudo reponerse.
En 1963 Abramovich ingresó por concurso a la Filarmónica del teatro Colón donde había ido a dar una prueba con la tranquilidad de saberse derrotado de antemano. Ese examen lo dio después de haber actuado con Florindo Sassone y para su sorpresa, ganó una de las vacantes a cubrir.
Reincorporado a la orquesta de Varela, siguió haciendo tango hasta que en 1973, se produce su ingreso al Sexteto Mayor. Esta agrupación vivía de gira en gira cada vez con lapsos más prolongados, por lo que Abramovich debió elegir y abandonó la Filarmónica para dedicarse de lleno al Sexteto, que buscó en el exterior el trabajo que no encontraba en el país.
En 1983 apareció Tango Argentino, espectáculo hecho para París que estaría en cartel seis funciones y duró nueve años. El espectáculo tuvo también un gran suceso en Brodway y el Sexteto Mayor, con Mario incluido, levantó sus acciones hasta límites insospechados.
Como compositor su aporte fue mínimo. Sólo dos tangos, en colaboración con Luis Stazo, registraron su firma. Fueron "Preludio a Francini" y "De moño". Mario Abramovich, un verdadera grande y su historia, aquí, "Con el tango en las venas".
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