jueves, 17 de marzo de 2011

Héctor Presas

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Que nos perdone Dios - Agustín Irusta
La última curda - Carlos Vázquez
Garúa - Hernán Pedreros
Desencuentro - Hernán Pedreros
No fue ninguno de los dos - Hernán Pedreros
Una canción - Hernán Pedreros
Toda mi vida - Hernán Pedreros
El bazar de los juguetes - Jorge Cavada
Margo - Jorge Cavada
Sin lágrimas - Jorge Cavada
Trenzas - Jorge Cavada
Carrillón de la Merced - Jorge Cavada
Cafetín de Buenos Aires - Mario Córdoba
María - Mario Córdoba
Pa' que bailen los muchachos - Mario Córdoba
Para vos mi compañera - Mario Córdoba
Rencor - Mario Córdoba
Tal vez será su voz - Mario Córdoba
Cortando camino - René López
Cosas olvidadas - René López

1 comentario:

  1. MARIA LA VASCA: Su casa estaba ubicada en la calle Europa, hoy Carlos Calvo 2721, y no era suntuosa como la "de Laura". Allí se bailaba y se pagaba $3 por cada hora en que utilizaban a las chicas, controladas por un tal Carlos, apodado "el inglés", un "pesado" de verdad, que no permitía destrozos ni nada que se le parezca.
    Generalmente, tras una visita previa de un potencial cliente, la Vasca preguntaba ¿cuántos monos? y de acuerdo a la respuesta calculaba cuántas bailarinas necesitaba.
    Arrancaban con una polca y finalizaba con el tiempo que habían sido contratadas. Si los clientes decidían seguir, se pagaba el servicio por adelantado y la polca escuchada como apertura, volvía a repetirse anunciando que el baile continuaba. Los músicos cobraban $5 por noche y con el tiempo fueron agregándose nuevos instrumentos. Aquí tocó el pibe Ernesto, Vicente Greco, Tito Rocatagliata y Alfredo Bevilacqua.

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