lunes, 10 de enero de 2011

Juan Carlos Cobián - Hoja de vida

          Juan Carlos nació el 31 de mayo de 1896, en Pigue, Pcia. de Buenos Aires, aunque siempre se lo identificó como hombre de Bahía Blanca, donde su familia se radicó siendo ál aun pequeño.
          Su amor por el piano le llega a través de su hermana Dolores, que viendo el talento naciente de su hermano menor, convence a sus padres para que lo envíen a estudiar música en el Conservatorio Williams, en Bahía, donde egresa en 1913.
          Ese año llega a Buenos Aires, donde toca en varios cines acompañando la proyección de películas mudas, e integra un trío con el bandoneonista Genaro Expósito y el violinista Ernesto Zambonini,  un pesado de cuchillo al cinto, que pasó a la historia como autor de La clavada.
          En 1916 integra otro trío, esta vez con Eduardo Arolas y Tito Rocatagliata, actuando en el cabaret Montmartre, compartiendo cartel con la afamada Pepita Avellaneda.
          Con Arolas se sintió mucho más cómodo que con Zambonini. Eduardo era tan mujeriego como Cobián y le gustaba la bebida más que al propio Juan Carlos. Además, los unía la misma personalidad de "cajetilla" fino, hombres de buen vestir y de paladar negro en cuanto a gustos.
          Cuando Arolas formó su orquesta, Cobián se sentó en el piano. Ya por entonces había compuesto "El motivo", "Salomé" y "Viejo bandoneón", entre otros tangos que no fueron trascendentes.
          Para 1922, luego de un receso por el servicio militar obligatorio que a los 20 años pospuso para hacerlo más tarde, lo devolvió a su gran amiga, la noche, los copetines y las mujeres.
          Ingresa en el sexteto de Osvaldo Fresedo actuando en el Abdullah Club, donde meses después, tras la ida del maestro, el dueño le ofrece la dirección de un conjunto propio. Lo aceptó y en esa primera experiencia tocó junto a Pedro Maffia y Julio de Caro, en los comienzos de dos grandes.
          Un altercado con De Caro disuelve la formación, por lo que Cobián se vio obligado a un cambio de figuritas. Sus hermanos Francisco y Emilio de Caro, se incorporan al sexteto, el primero en piano y el segundo en violín, y el contrabajo lo ejecuta Leopoldo Thompson. Aún sin Maffia, se había ido con De Caro, este conjunto revolucionó la ejecución del tango.
          Meses después y por una mujer, abandona todo y se va a Estados Unidos. Para poder comer en el país norteño, toca jazz, matizado con algun tango.
          Su vuelta a Buenos Aires se produce en 1928, donde forma una orquesta cuyo vocalista fue Fiorentino, a la vez que se dedicó al jazz, organizando una agrupación para ese ritmo que pisaba fuerte.
          Cobián regresó a Estados Unidos donde se quedó hasta 1943, año en que volvió al país y formó una nueva orquesta. Su entusiasmo duró poco. Se retiró de toda actividad musical recluyéndose en su departamento de la calle Montevideo. Atrás habían quedado sus famosas borracheras y el maltrato para con sus músicos; las mujeres que amó y que lo amaron y sus tangos, inmortales, como Nostalgias, La casita de mis viejos, A pan y agua y tantos otros.
          Con 57 años, el 10 de diciembre de 1953, moría este hombre que al decir de su gran amigo, Enrique Cadícamo, de la vida lo había conocido todo.

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