Carlos Gardel - 1933

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Secreto
Rencor
Rumores (Tras las verdes colinas)
Naipe marcado
Recuerdo malevo
Por tus ojos negros
Milonga del 900
Mis flores negras
Silencio
Araca la cana
Si se salva el pibe
Desden
Para quererte nací
Noche de Atenas
La uruguayita Lucía
A mi madre (Con los amigos)
Angustia (Llora corazón)
Mentiras
Milonga sentimental
La canción de Buenos Aires
Secreto
Aquellas cartas
Rencor
Cara rota
Me enamoré una vez
Ventarrón
Al mundo le falta un tornillo
Melodía de arrabal
Criollita de mis ensueños
Recuerdo malevo
Acquaforte
Parlez Moi D'amour (Hablame de amor)
Estudiante
Silencio
Desdén
Me da pena confesarlo
Cuando tú no estás
Sueño querido
La novia ausente
La criolla
Cobardía
Tenemos que abrirnos
Cantar eterno (Amame mucho)
Rumores (Tras las verdes colinas)
Madame Ivonne
Mirala como se va
Medallita de la suerte (Mi alhaja)
Jujeña
La madrugada
Si soy así
Angustia (Llora corazón)
Criollita de mis ensueños
Cara rota
Milonga sentimental
Quimera
Amante corazón
Jujeña
Promesa
Al pie de la santa cruz
El carretero
Ausencia
El que atrasó el reloj
Mi manta pampa
La madrugada
Mañanita de sol
Suena guitarra querida
Una rosa para mi rosa (La rosa encarnada)
Sanjuanina de mi amor
El tirador plateado (Sos mi tirador plateado)
Mi primer gol
La pastora
Tu diagnóstico
Preparate pal' domingo
Sanjuanina de mi amor
Una rosa para mi rosa (La rosa encarnada)
Silencio
Silencio
Yo nací para tí, tu serás para mí (Montaje)
A mi madre (Montaje)

Nuestro agradecimiento a SERGIO BRAVO URIBE, de Colombia y OSCAR RODAS, de Australia.

El millonario Bomapelh le regaló a Gardel un chalet en Uruguay, en playa Malvin, como admirador y amigo de éste, con la esperanza que se radicara allí al finalizar su carrera.
-Che, pero esto es para un príncipe ¿Cómo me vas a regalar un chalet por más que la guita te sobre?
El millonario sonrió. Carlitos estaba en su residencia con los guitarristas y Bomapelh le alcanzó una guitarra a la vez que le decía:
-Mirá morocho, con un tango de los tuyos firmás la escritura.
Eran las diez de la noche y el zorzal cantó hasta las 8 de la mañana. Doña Berta jamás quiso alejarse de Buenos Aires.

Gardel en España concurre a una corrida de toros que daba el torero Pintao. Conocida la presencia del astro, el torero le brindó su labor y Carlos, retribuyendo gentilezas, cantó para él.
-Ud. matando toros es un fenómeno
-Y tú niño, cantando matas corazones.
Rieron ambos, mientras una hermosísima señorita de la aristocracia le ofreció a Carlos un ramo de flores
-Para Ud. Carlos.
Se llamaba Carmen y luego se los vio juntos. El diario El Tiempo de Madrid anunciaba que paseaban todas las tardes, antes de las funciones del teatro Nuevo, por el paseo de las rositas. Parace que hay romance, decía el periódico. El periodismo avasalló a Gardel que declaró:
-Mi mejor descanso es pasear por esta calle. En cuanto a lo que dijeron de que estaba enamorado, ojalá. Nada más dijo y Carmen no abrió la boca. Tras la muerte del cantor se supo: aquella muchacha había tomado los hábitos recluyéndose del mundo.