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El tirador plateado
Yo sé hacer
La mañanita
A mi madre (Pobre madre)
Me dejaste (El poncho del olvido)
Mi china cabrera (Palanganeando)
El sueño
Pobre flor
La mariposa
Es en vano
Brisas (Brisas de la tarde)
El almohadón
A Mitre (Memorias a Mitre)
Mi madre querida (Pobre mi madre querida)
Nuestro agradecimiento a SERGIO BRAVO URIBE, de Colombia y OSCAR RODAS, de Australia.
En el famoso episodio que terminó con Gardel baleado, uno de sus compañeros aquella noche, Carlos Morganti, sabía contar:
"Fue en el Palais de Glace. Habíamos ido él, Alippi, Abelanda y yo. Al salir a la vereda vimos una patota que comandaba Gregorio <Gallego> Serna. Nos dirigimos hasta el auto cuando Alippi, que estaba entonado, se le ocurrió en tono socarrón decir Buenas Noches. Como nadie le contestó, Elías, dirigiéndose a Gaqrdel, le dijo:
Che, le he dicho buenas noches a ese atorrante y no me ha contestado.
Gardel trató de cortar por lo sano:
Metete en el auto. Y a vos ¿qué te importa si te saludó o no?
El matón miró a Carlos y dirigiéndose a Alippi, le dijo:
Yo no le contesto a Ud. ni al compadrito de está al lado suyo.
Gardel, aunque no era peleador, tampoco se dejaba arrebatar. Se acercó al punto diciéndole:
Mirá, vos tenés aqui adentro, -señalando la cabeza- el berretín de la guapeza y te la voy a sacar. Allí nomás le pegó una trompada que lo tiró.
El Gallego salió en defensa del caído, un tal Roberto Guevara, y desafió a Gardel a pelear, quedando como lugar del encuentro La Recoleta. Hasta allí llegamos y detrás nuestro cinco o seis coches nos seguían, eran los patoteros. Pensábamos que ellos creían que estábamos armados, sino era imposible aceptar un desafío del Gallego, guapo entre los guapos.
Cuando detuvimos el auto, él cruzó delante nuestro el suyo. Bajó. Yo y Gardel estábamos sentados adelante y Alippi y Abelanda, detrás. El Gallego se acercó a la ventanilla y dijo:
Bajá, compadrito. Cuando Gardel comenzó a levantarse, sobre la capota apareció Guevara con un revólver que disparó. Llevamos a Carlos al Hospital Ramos Mejía. La bala nunca se la pudieron extraer, pero nunca le ocasionó molestia alguna.
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