Chico Novarro - Hoja de vida

          Bernardo Mitnik es para el mundo Chico Novarro. Su nombre como su seudónimo lo conocemos. Pero... ¿quién es el verdadero Chico? ¿Aquel nuevaolero del Club del Clan? ¿El romántico de Arráncame la vida? ¿O el autor de Cantata a Buenos Aires?
          De pequeño, por las calles de Santa Fe, Chico entonaba tangos influenciado por su padre y las  grandes radios. Esto duró hasta que su hermano llegó con una batería que lo cautivó. A partir de ese momento y para el ambiente del jazz, pasó a ser Miki Lerman.
          El asma que padecía influyó para que el padre cambiara de aire. Papá Alberto decidió que se fueran a Dean Funes, Córdoba, porque la salud de su hijo así lo requería. Fue allí donde Chico, a los 14 años, ganaba sus primeros pesos como baterista de jazz y cantor de una típica.
          A Buenos Aires llegó en 1951, con una rumbera donde hacía las delicias con bongó y batería. El contrato caducó y tuvo que regresar a Córdoba. Cuatro años más tarde su espíritu y ganas de triunfar lo llevan a Santiago de Chile y desde allí le envía una carta a Horacio Salgán, ofreciéndole sus servicios como cantor. El maestro jamás le contestó por lo que la gran oportunidad de su vida llegaría en 1962. Ricardo Mejía, destructor del tango, inventa El Club del Clan y el seudónimo que lo acompañaría siempre: Chico Novarro.
          Demás está decir el éxito del programa. Palito Ortega, Violeta Rivas, Johnny Tedesco y Lalo Fransen, eran algunos  de los astros de esa triste nueva ola, que de cualquier forma arrastraron multitudes. Chico hace famoso El orangután y El camaleón, entre otros tropicales igualmente malos, pero que pegaron en el gran público. Un bolero, El último acto, lo graba Jorge Sobral a ritmo de tango.
          Creemos que aún así, el alma de Chico era tanguera. Y su primera obra seria la compone en 1965, Nuestro balance, con el que gana en Uruguay el Festival del Parque del Plata. Un sábado más, es otra canción que fue bolero,  para convertirse con el tiempo en tango.
          En 1971 llega Cordón, que Chico estrena en 1972 en un café concert cuyo espectáculo se llamaba "No te vengo a vender", aunque antes, en 1970, para una publicidad de Peñaflor que finalmente no se realizó, compuso Cantata a Buenos Aires.
          Otros temas escritos por Chico fueron El último round, Sueño de cupé y Mi negro volvé, en ritmo de milonga.
          En 1980 grabó "Por fin tango", el único larga duración que hizo de solos de tangos. Le siguieron obras en colaboración con Eladia Blázquez pero no se puede decir que su aporte haya sido fructífero en cuanto a cantidad, pero sí hay que afirmar que aún en tiempos difíciles, escribió y por eso debe estar en la historia de nuestra música popular.