viernes, 20 de mayo de 2011

Angel Vargas - Hoja de vida

          José Lomio, así se llamaba, había nacido el 22 de octubre de 1904 en Goncalvez Dias al 1000, Barracas, pero su infancia la pasó en Parque de los Patricios donde por 1923, su voz melodiosa animaba funciones cinematográficas.
          Por el escritor José María Vargas Viga cambió el apellido y por sugerencia de su madre, el José pasó a ser Angel. En 1930 se incorpora a la orquesta Landó-Martino y un año después integra el cuarteto de Armando Consani.
          Su primer encuentro con el maestro que lo llevaría a la fama, Angel D'Agostino, se produce en 1932. Fue breve, efímero, porque muy rápidamente pasa a vocalizar con José Luis Padula, donde tiene por primera vez la posibilidad de llegar al disco con cuatro temas: Brindemos compañeros, Ñata linda, La tucumana y Milonga del corazón.
         En 1934 se produce un segundo encuentro con D'Agostino, donde de distintas salas recaen al Chantecler, el afamado cabaret de la calle Paraná. El alejamiento vuelve a producirse en 1935, en que debuta en radio Argentina como estribillista en la orquesta de Augusto Pedro Berto.
          Pero el retorno con D'Agostino estaba marcado en su destino. Mientras tanto, y aún en esa formación, entre los años 38 y 39 graba con la Orquesta Típica Victor tres temas: Adiós Buenos Aires, Sin rumbo fijo e Incertidumbre.
          Pero todavía no había llegado la explosión. El 13 de noviembre de 1940, fecha apotiótica para el binomio, graban por primera vez. Fueron los tangos No aflojés y Muchacho. El éxito, la fama y la popularidad llegaron gracias a Muchacho, de Donato y Celedonio Flores. En 1941, Ronda de Ases, el programa radial, consagra la orquesta como la número uno del gusto popular.
          Por dinero, en 1944, los músicos encabezados por Alfredo Attadía abandonaron al maestro y se llevan consigo a Vargas, que al poco tiempo regresa con D'Agostino. En 1945, graban los Angeles su último disco: Demasiado tarde y Camino del Tucumán. Cada quien sigue un rumbo diferente pero conservando por siempre su amistad.
          El ruiseñor de las calles porteñas, según el bautizo de Raúl Astor, comienza sus actuaciones como solista y en 1947, con la dirección de Eduardo del Piano, graba sus primeros tangos: Se lustra señor y Milonga para Gardel.
          Entre otras obras fue autor de Glorias de ayer, El espejo de tus ojos y De alto rango. Afectado de cáncer al pulmón fue internado el 30 de juno de 1959 en el Sanatorio Bosch. El 7 de julio, a las 12.30 dejaba de existir. Su voz, su registro breve pero agradable, se metió por siempre en el gusto refinado del mundo tanguero.

1 comentario:

  1. Las últimas cinco obras que Vargas dejó grabadas fueron: Boliche, La porteñita, La cieguita, Glorias del ayer y Hablando de tango.

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