Nació el 26 de noviembre de 1903, en Bogado y Rio de Janeiro, Almagro, aunque por adopción siempre fue identificado como hombre de Boedo.
Su inclinación musical viene de su padre, músico aficionado, guitarrista y mandolinista, pero peluquero de profesión, que sabía formar tríos y cuartetos que tocaban en los bares, generalmente de Villa Crespo y Palermo, utilizando su propia casa para los ensayos que fueron inclinando el oído musical el pequeño hacia el tango.
A partir de los 10 años comenzó a estudiar música con el padre y solfeo en un conservatorio. En el Instituto Musical Odeon siguió estudiando con el maestro Antonio D'Agostino, recibiéndose como profesor de piano a los 17 años. Desde los 14, se ganaba la vida tocando en los cines, acompañando películas mudas.
En 1922 un hecho volcaría el gusto musical de Piana por el tango. Una marca de cigarrillos organiza un concurso de tangos y Sebastian decide competir. Lo va a ver a José González Castillo, muy amigo de su padre y le entrega la melodía. Al día siguiente José tenía lista la letra y dos horas antes del cierre del concurso entrega esa obra que obtuvo el segundo premio. Había nacido "Sobre el pucho".
Fue el comenzar una vida copiosa de éxitos. Registró su firma en Viejo ciego, El pescante, Silbando, Tinta roja, Arrabalera, entre muchos otros. De su pluma nacieron los valcesitos Caserón de tejas y Esquinas porteñas, pero el gran batacazo lo da con milongas. Homero Manzi, a pedido de Rosita Quiroga, habla con Piana para que hicieran algo juntos. El músico se apartó de lo tradicional y compuso en dos partes, como el tango. Así surgió un nuevo estilo de milonga que no convenció a Rosita y se negó a cantarla. Se arrepentiría siempre. Era "Milonga sentimental" que la estrenan Rosita Contreras-Pepita Cantero, en la revista "El sueño del peludo", en el Teatro Casino. Pero el éxito viene a través de Mercedes Simone, que comienza a difundirla en Montevideo y es quien la graba por primera vez. Después fue "el zorzal" quien la inmortalizó. Piana fue, además, el inventor de la milonga-candombe. En 1941, siempre con Manzi, crea Pena mulata, siguiéndole Papá Baltasar y otras.
En 1985 se convierte en presidente de la Academia Porteña del Lunfardo y los finales de su vida transcurrieron de homenaje en homenaje. El 17 de julio de 1994, moría un creador excepcional.
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