Su verdadero nombre es Marcos Guillermo Piker. Su padre, Gregorio, fue un entusiasta farmacéutico que su primera farmacia la instaló en Versalles, en el año 38.
Guillermo nació el 7 de febrero de 1946 y su andariego padre, en esos años, tenía un local en el barrio de La Boca.
De farmacia en farmacia y de barrio en barrio, Guillermo fue creciendo hasta que su padre adquiere el hotel Los Troncos en Mar del Plata, y toda la familia se traslada al Atlántico, cambiando asfalto por agua.
Es aquí donde comienza la historia del cantor. Así como al Polaco lo escucharon cantar en un colectivo que manejaba, el pintor del hotel sintió entonar al muchacho tangos entre pintura y pinceles. Le ofreció presentarlo al pianista Luis Savastano que tenía una típica y debutó en el Hotel Riviera con un bolero en tiempo de tango, "Escándalo". La figura central de esa noche soñada era nada menos que Edmundo Rivero y sus guitarristas.
Esa travesura juvenil duró hasta que don Gregorio decidió volver a Buenos Aires y a la farmacia. Guillermo tenía 15 años.
En Cabildo y Republiquetas, en el bar Cristal, conoció a Goyeneche. El polaco lo escuchó pero no quedó convencido con la voz del juvenil intérprete, por lo que recaló con el pianista José Colángelo debutando en el Centro Cultural San Martín. Corría 1975. Ese día cantó Rebelde, Pequeña, La última curda y Naranjo en flor, con singular suceso.
Galvé pasó a un local de San Telmo como cantor permanente y en 1977, acompañado de Carlos Figari, recaló en El Viejo Almacén. En esta época el diario Clarín lo distinguió con el premio "revelación", comenzando sus actuaciones televisivas en el programa "Buenas noches tango", por canal 11 y el programa de Romay, "Grandes valores", por el 9. Tiempo después actuó en "La botica de tango", de Bergara Leuman.
A Guillermo lo acompañaron entre otros Horacio Salgán, Leopoldo Federico, Osvaldo Berlingieri, Néstor Marconi, Osvaldo Pugliese, Ernesto Baffa, Osvaldo Tarantino y El Sexteto Mayor.
En 1979 graba su primer disco inclinándose a varios temas nuevos, la mayoría con autoría de Tarantino y Tavera, y en 1984 vuelve a grabar con Colángelo, pero esta vez se decide por los tradicionales y la línea troiliana.
De Guillermo Gales, como se hacía llamar en Mar del Plata, pasó al Galvé que todos conocemos. Giras por el interior, Miami, Japón... Un verdadero embajador de nuestra música y una de las mejores apariciones rutilantes de los años 70 a hoy.
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