lunes, 13 de diciembre de 2010

JUAN D'ARIENZO

Juan D'arienzo

Juan D'Arienzo nació el 14 de diciembre de 1900, en el seno de una familia acomodada. Su infancia transcurrió en el barrio de Balvanera, Pichincha 558 y sus primeros estudios de violín los hizo en el Conservatorio Mascagni.
A los diez años conoció a otro pequeño músico que tocaba el piano, Angel D'Agostino, y de un precario dúo pasaron a integrar una orquesta infantil que actuaba los domingos en un teatrito del Jardín Zoológico.
En la casa de D'Agostino conoció a Basilio De Bassi, autor del Caburé, que se lo presentó al negro Carlos Posadas, autor de El Jagüal. Este, como violinista, lo apadrinó llevándolo a la companía de María Penellas y Esperanza Iris, donde trabajaba, dándole oportunidad de que ejecutara algún solo de violín para que se luciera.
En 1920 integraba un sexteto en la obra El cabaret de Montmatre, donde también estaba D'Agostino. Permanecieron casi cinco años en el foso y hacían escenario acompañando a los bailarines.
Como en 1921 el jazz venía pegando fuerte, la mayoría intentó comer de la música de Nueva Orleáns, D'Arienzo integró un conjunto haciendo jazz en el cine Select Lavalle un año, para pasar luego al Real Cine, de la calle Esmeralda.
Siguió en otras orquestas pero el retorno al tango debía producirse. En 1925 el Select Lavalle compra El Paramont y los visionarios reinstalaron nuestra música para diferenciarse de las otras salas que continuaron con el jazz.
Fue así como se formó la Típica Paramount y cuyo primer pianista fue Angel D'Agostino. D'Arienzo también la integró.
En aquel tiempo los conjuntos eran conjuntos sin que sobresaliera el nombre de ningún músico.Sin embargo en 1928, D'arienzo se decidió a convertirse en el patrón de la vereda y en la sala Hindú, donde trabajaba, tenían a partir de ese momento que contratarlo a él y él, a su vez, a los músicos.
Sin piano no hay orquesta, dicho que bien aprendió Pichuco con las reiteradas ausencias de Goñi, terminó echándolo, porque un violín o un bandoneón pasaba desapercibido, pero la falta de piano, no. D'Arienzo lo sabía. En el proyecto del Hindú, contrató a Juan Carlos Howard, un jovencito que tocaba jazz y que pasó por Juan al tango, haciendo delicias con el teclado. Igualmente, aún el maestro no se animbaba a poner su nombre a la orquesta. La posibilidad de grabar para el Sello Electra, el dueño era su tío, lo decidió y esa formación de ocho nombres llevó en el disco el sello Juan D'Arienzo y su orquesta típica. Los estribillos los vocalizaba Carlos Dante.
En 1929 tenía dos conjuntos propios. El que grababa para Electra y otro que se llamaba D'Arienzo-Visca y actuaba en los cines. El cantor de esta segunda formación era Rafael Cisca y le decían "Trova Galana". Junto con Dante y Fiorentino, fueron los primeros tres vocalistas de D'Arienzo.
Con la llegada del cine sonoro se empezaron a caer las orquestas. D'Arienzo-Visca sobrevivió en los barrios, donde todavía no llegaba el sonido, hasta que en 1934 se separa de Luis Visca y pasa a ser él. Por ese entonces actuaban en el Chantecler y al enfermarse Visca, se produjo un hecho insólito y poco conocido. Por cuarenta y cinco días en el piano de D'Arienzo se sentó Carlos Di Sarli. Volvió Visca y al poco tiempo se fue reemplazado por José Fassoli.
En 1937 el jazz se había impuesto al tango y de pronto la recientemente inaugurada radio El Mundo, con Pablo Osvaldo Valle, su director, a la cabeza, contrata a D'Arienzo pero en un horario difícil, cuatro de la tarde, una vez por semana, pagando $80 para toda la orquesta.
Y se realizó el milagro. Con su compás tan fuera de lo común, atrapa a los bailarines y hace una revolución tanguera. Y mucho tuvo que ver La puñalada, obra de Pintín Castellanos, que D'Arienzo transformó de tango a milonga, con mucho trabajo de convencimiento para Castellanos, que insistía con que era un tango. En poco tiempo La puñalada había vendido dos millones de placas, tremenda cifra para esa época.
1938 y 1939 fue apotiótico. Encima el nuevo cantor era Alberto Echague, que pareció haber nacido para la orquesta. En el debut para El Mundo, el cantor era el riojano Enrique Cárbel, fallecido a los 22 años.
Muchos creían que el piano de Juan Polito, ya fuera de la orquesta el de Rodolfo Biagi, y la voz de Echague eran el éxito de D'Arienzo, que sin ellos la formación se terminaba. En el verano de 1940, en Montevideo, se produjo un motín inesperado con Polito y Echague de cabecillas. Juan, en plena actuación, se quedó sin orquesta ni repertorio. Los rebeldes se habían llevado todo.
D'Arienzo pidió tregua a quienes lo habían contratado. Viajó a Buenos Aires, hizo venir de Las Varillas, Santa Fe, a un pianista de 18 años que había escuchado en una gira, Fulvio Salamanca; contrató a Héctor Varela como primer bandoneón y Cayetano Puglisi como violín; ensayaron una semana y salieron al ruedo ¡Exitazo! El maestro era D'Arienzo y no los músicos. Como cantor fue Alberto Reynal que habría de fallecer a los comienzos de 1943. En 1942, por primera vez en la historia de su orquesta, incorpora a un segundo cantor, Carlos Casares.
D'Arienzo continuó tuteándose con el éxito. La orquesta más popular, la mejor paga, la que más discos vendió, la de mayor recaudación en los clubes. Para contratarlo, esperaban turno hasta un año. Y sin embargo fue discutido. Algunos lo acusaban de simplista, sin calidad musical. Sus defensores lo adoraban. Pero en los que siempre se pusieron de acuerdo todos, es que sin D'Arienzo el tango hubiera muerto a fines de la década del 30'.
De su autoría podemos citar Paciencia, fue fue el único tango que grabó Enrique Carbel, en 1937; El vino triste y Chirusa, entre muchos otros.
Juan D'Arienzo, el rey del compás, murió el 14 de enero de 1976.